FISIOTERAPIA FUNCIONAL EN LA
MENISECTOMIA PARCIAL DE LA RODILLA
Resumen de artículo: propuesta de readaptación tras meniscectomía parcial en futbolistas
El fútbol es el deporte más popular en el mundo, con aproximadamente 240 millones de jugadores amateur y 200 000 profesionales. Sin embargo, estudios previos han mostrado que el fútbol tiene un alto índice de lesiones, más que otros deportes de campo, como el baloncesto, el balonmano, el hockey hierba, el voleibol o el rugby, entre otros. Las lesiones de menisco, a pesar de no ser las más frecuentes en este deporte, sí suelen ser habituales.
El
objetivo de este artículo fue establecer un protocolo de actuación para la
rehabilitación de las lesiones meniscales que requieren meniscectomía. En él se
debe distinguir el trabajo que realizará el futbolista para la zona lesionada
(en piscina, gimnasio y campo) así como para el resto de estructuras que
inciden en el rendimiento deportivo del jugador, con el objetivo de evitar al
máximo el desentrenamiento y optimizar el proceso de reincorporación a los
entrenamientos y a la competición. De esta forma, la lesión intenta ser
contemplada desde el marco del deportista en su conjunto, en la que se han de
considerar, además, una multivariedad de factores psicobiológicos que envuelven
al jugador como un todo.
Recordatorio
anatómico
En
la rodilla, la no concordancia de las superficies articulares se compensa por
la interposición de los meniscos o fibrocartílagos semilunares, que aumenta la
superficie de contacto entre ambas superficies articulares. Juegan un papel
importante por tanto en la congruencia articular, en la absorción de impactos,
en la transmisión de fuerzas entre el fémur y la tibia, y en la estabilidad de
la rodilla. Se ha demostrado que, al nacer, todo el menisco está vascularizado,
pero pronto se desarrolla un área avascular en la zona interna del menisco. Ya
en la vida adulta, el grado de vascularización varía dentro de cada menisco y
entre los distintos individuos. La extensión de la zona vascular tendrá
implicaciones importantes en la curación de las lesiones meniscales.
Meniscectomía parcial
A pesar de su naturaleza
mínimamente invasiva, los pacientes que padecen una meniscectomía parcial
experimentan dolor e inflamación que conducen a la pérdida de rango de
movimiento, a una función alterada y a la disminución de la fuerza del músculo
cuádriceps femoral. La experiencia clínica indica que las habilidades
propioceptivas juegan un papel importante en la protección de la rodilla,
especialmente en los rangos extremos de movimiento, identificado por la
presencia de tres tipos de mecanorreceptores en los cuernos anteriores y
posteriores de los meniscos humanos: las terminaciones de Ruffini, los
corpúsculos de Pacini y los órganos tendinosos de Golgi.
Por tanto, la
meniscectomía parcial en la lesión de menisco puede alterar la propiocepción de
la rodilla, supone una pérdida de mecanorreceptores y evidentemente va a
requerir una recuperación tanto de la inestabilidad mecánica como de la
inestabilidad funcional, pudiéndose definir estabilidad en la rodilla como la
capacidad de la articulación para mantener la posición (estabilidad estática) o
mantener la trayectoria (estabilidad dinámica) tras una perturbación interna o
externa28. En esto va a tener mucho que ver el sistema somatosensorial o
propioceptivo, que necesitará una adecuada readaptación.
En la progresión a lo
largo del proceso, tanto los ejercicios que inciden en la oclusión del espacio
articular correspondiente al menisco lesionado (para el interno los que van
hacia el varo y para el externo los que van hacia el valgo) como los realizados
en flexión o extensión máxima, así como los que soliciten una rotación a nivel
de rodilla, son los últimos que se incorporan en el protocolo de trabajo
propioceptivo.
Programa de reeducación
funcional deportiva
Se entiende por
readaptación lesional «el conjunto de medidas médico-terapéuticas y
físico-deportivas destinadas a prevenir los riesgos de lesión, restablecer y
desarrollar la salud deportiva y mejorar u optimizar el rendimiento del
deportista para posibilitar una mayor vida deportiva». Dentro de esta área, el
autor define dos ámbitos funcionales de actuación profesional:
• La recuperación
funcional deportiva (RFuD), con un ámbito de actuación clínico.
• La readaptación físico
deportiva (RFiD), que pertenece a un área de actuación no clínica, cuyo
principal medio de intervención es el reentrenamiento al esfuerzo físico
(REEF).
El proceso de readaptación
en las lesiones de menisco tras meniscectomía puede oscilar entre las 5 y las 8
semanas (en función de si el menisco dañado es el interno o el externo). Es un
período claramente inferior al requerido por las reparaciones meniscales, que
puede llegar hasta las 14 semanas e incluso hasta las 20 semanas. El alto
período de recuperación, así como la necesidad de que la rotura se encuentre en
la zona vascular, hace que la reparación meniscal no sea tan frecuente como la
meniscectomía en futbolistas con menisco dañado.
En el tiempo de baja el
jugador no solo ha de recuperar la funcionalidad perdida, sino que además debe
trabajar específicamente en la adaptación progresiva a los esfuerzos
deportivos, para que al final del proceso pueda incorporarse a la dinámica de
entrenamientos grupal en las mejores condiciones posibles.
DESARROLLO
DE LAS FASES
Readaptación
general
Fase de inmovilización. La
intervención quirúrgica suele tener una estancia hospitalaria no superior
generalmente a 24 h. Tras ella, la fase de inmovilización (relativa) se
prolongará hasta los 7-8 días, cuando el futbolista, de forma progresiva, pueda
realizar la carga completa. Mangine, citado por Basas et al., señala como
requisitos para permitir esta carga completa:
• Que no exista
inflamación.
• De 5 a 110◦ de amplitud
de movimiento.
• Capacidad de realizar un
movimiento progresivo contra resistencia de 10 kg sin que exista dolor
localizado en la zona de la reparación.
El principal condicionante
de esta fase será favorecer, respetar y permitir los procesos reparadores del
organismo, para conseguir una adecuada cicatrización tisular. La RFuD trabajará
de forma específica para disminuir el edema y reducir el dolor, y también para
recuperar la movilidad articular y mantener el tono muscular (especialmente en
el cuádriceps).
En el caso del menisco,
habrá que tener en cuenta tanto la cicatrización de las heridas de la
intervención quirúrgica que por ejemplo limitará el uso de la terapia acuática
hasta que estas heridas estén cerradas, dado el riesgo de posibles infecciones
como la herida en la zona meniscal consecuencia de la meniscectomía. Por otro
lado, la contracción muscular máxima estará contraindicada en los primeros días
de la recuperación, debido a las fuerzas dinámicas que actúan sobre los
meniscos.
Es importante prescribir
en esta etapa ejercicio de los grupos musculares no afectados, con el objetivo
de mantener un estado físico y un tono muscular adecuado, manteniéndose a la
vez los niveles de autoconfianza y de motivación del lesionado.
Fase de recuperación. Se
trabaja en esta fase con el objetivo fundamental de devolver a la estructura
afectada la funcionalidad perdida. Así, a nivel de RFuD, los objetivos se
establecerán a tres niveles:
• Recuperar la pérdida de
balance articular.
• Recuperar la pérdida de
balance muscular.
• Mitigar dolores o
procesos inflamatorios.
Por tanto, al finalizar la
fase de recuperación el deportista debe ser capaz de desarrollar las
actividades normales de la vida cotidiana, consiguiendo de esta forma el alta
médica.
A la hora de planificar el
fortalecimiento es importante tener en cuenta el siguiente aspecto biomecánico:
las fuerzas de compresión femorotibiales son más importantes entre 0 y 60◦ de
flexión cuando el trabajo muscular del cuádriceps se realiza en cadena cerrada.
Más allá de 60◦ de flexión, el responsable de las mayores fuerzas de compresión
es el trabajo muscular del cuádriceps en cadena abierta. Por eso, en los
primeros momentos se evitará el trabajo en cadena cinética cerrada, y los
ejercicios en cadena abierta se realizarán entre 0 y 60◦.
Además es importante un entrenamiento
alternativo, continuación del entrenamiento de mantenimiento de la fase
anterior, en el que se persigue una adaptación progresiva a la dinámica normal
de esfuerzo y descanso, según la disciplina deportiva. Por tanto, tendrá dos
objetivos fundamentales:
• Evitar pérdida de la
forma física.
• Mantener la condición
física general.
Readaptación específica
El objetivo final del
proceso será alcanzar el alta deportiva que capacite al jugador a volverse a
entrenar en las mismas condiciones que el resto de sus compañeros no
lesionados.
Esto se conseguirá
mediante el trabajo de readaptación de las habilidades básicas que afectan a la
zona lesionada (correr, saltar, cambiar de dirección, girar, pivotar) y del
reentrenamiento de los elementos técnicos propios de la disciplina deportiva
(pasar, chutar, cabecear, esprintar. . .). Conforme avanza el proceso, la RaFD
irá ganando importancia en detrimento de la RFuD. Del mismo modo, el porcentaje
de trabajo en campo se irá incrementando respecto al realizado en el gimnasio,
de forma que al finalizar la etapa el jugador alcanzará un nivel de destreza y
habilidad semejante al que tenía antes de la lesión.
Para conseguir esto, el
jugador superará las fases de intervención, propuestas por Lalín, que a
continuación se detallan en el caso de esta lesión.
ü Fase de aproximación.
En esta primera fase de la readaptación específica comienza el trabajo de
campo. Los criterios para comenzar este trabajo se pueden resumir en los
siguientes: tener buena estabilidad articular en los test clínicos, que no
hayan existido episodios de sensación de inestabilidad en las fases previas,
dolor ausente o mínimo, derrame mínimo, ROM completo y diferencias inferiores
al 20% en el peak torque entre extremidades en tests isocinéticos. Será fundamental
el desarrollo de la capacidad aeróbica, bien sea en el gimnasio (bicicleta
estática, elíptica. . .), en el campo (circuitos educativos de desplazamientos
con control de la intensidad) o en medio acuático (series a intensidad umbral
anaeróbico, realizando carrera en carga parcial, o series de nado buscando la
misma intensidad). En la reeducación de la carrera será importante evitar los
giros en las primeras fases (si se trabaja en un circuito cerrado, tal como dar
vueltas a un campo de fútbol) que favorezcan la oclusión del menisco lesionado.
El
trabajo de fuerza se centrará en ejercicios de cadena cinética cerrada, como
series de fuerza-resistencia en prensa horizontal progresando de bipodal a
monopodal. Se puede incidir en el trabajo de factores morfológicos para el
desarrollo de la hipertrofia si existe déficit de masa muscular respecto a los
valores pre-lesión, mientras que el trabajo propioceptivo avanzará hasta
situaciones en carga total realizadas en superficies inestables, tanto bipodal
como monopodal. Por último, cabe resaltar el trabajo de reeducación de los
desplazamientos básicos en seco (carrera, marcha, carreras laterales, cambios
de dirección controlados. . .) y los giros, pivotajes, saltos en medio acuático.
ü Fase
de orientación. Una vez reeducados los desplazamientos básicos en la fase
anterior, se puede incrementar la intensidad para adaptar al organismo a los
esfuerzos requeridos en el fútbol. Por ello en esta fase se trabajará en el
desarrollo de la capacidad mixta aeróbico-anaeróbica mediante trabajos
intermitentes. Estos trabajos simulan las exigencias fisiológicas del fútbol,
que están perfectamente descritas en la literatura específica.
Para
el trabajo de fuerza será interesante la utilización de ejercicios en cadena
cinética cerrada (CCC) más funcionales, tales como la media sentadilla (tanto
bipodal como monopodal) o diferentes Lunges (frontal, lateral), incidiendo en
el trabajo excéntrico de la musculatura estabilizadora de la rodilla y
progresando hacia el trabajo de fuerza explosiva. El trabajo propioceptivo debe
incrementar su dificultad y dará comienzo la reeducación de las habilidades
básicas con balón, tales como conducciones en línea recta, dominio de balón,
golpeos cortos o voleas bajas.
ü Fase
de preoptimización. El trabajo de resistencia en esta fase incidirá en los
esfuerzos de alta intensidad y corta duración, adaptados al puesto específico
del lesionado, ya que en función de la posición que ocupa el jugador en el
campo, las exigencias físicas de partido varían significativamente. Algunas
propuestas parecen interesantes para su desarrollo de forma específica,
especialmente los trabajos basados en el método RSA (repeated-sprint ability),
cuyo objetivo es incrementar la capacidad para realizar esprines con un mínimo
tiempo de recuperación entre repeticiones. Puede ser adecuado el trabajo de
fuerza explosiva en condiciones de inestabilidad, en consonancia con el
concepto de fuerza propioceptiva. En esta línea también sería de utilidad el
método SAQ (speed, agiliy, quickness), ya que puede ser eficaz para mejorar la
rapidez y la aceleración, así como la fuerza explosivo-elástica; todas ellas
son importantes en el fútbol.
CONCLUSIONES
DEL AUTOR
Reducir el tiempo de baja
de cualquier lesión deportiva debe ser un objetivo prioritario del proceso de
readaptación lesional. Para conseguirlo, el equipo de rehabilitación deportiva
trabajará de forma coordinada, utilizando todas las habilidades de cada uno de
los miembros del mismo, realizando un abordaje multidisciplinar. Para reducir
este tiempo de baja en las lesiones de menisco que requieren meniscectomía, una
temprana e intensiva rehabilitación debe ser prioritaria. Con la ayuda de las
progresiones funcionales, se intentará que el jugador recupere la funcionalidad
perdida. El objetivo final de volver a jugar un partido de fútbol exigirá que
durante el proceso no solo se trabaje la zona lesionada, sino que sea
prioritario mantener un estado físico y un tono muscular adecuado en el resto
de estructuras, para que el retorno a la dinámica de entrenamientos grupal y a
la competición se lleve a cabo de forma óptima y segura.
RESUMEN
FASES DE REHABILITACION
Fase de inmovilización
Área
lesionada
→Crioterapia:
aplicación de hielo 10 min, cada 1-3 h (primeras
24 h) y cada 4-6 h (días sucesivos)
→Reposo:
miembro inferior elevado (primeras 24 h)
→Vendaje
compresivo o férula (primeras 24-48 h)
→Movilizaciones
activas de dedos, tobillo y cadera, con la rodilla en extensión (primeras 24 h)
→Isométricos de cuádriceps, elevando el miembro inferior
con flexión de cadera y extensión de rodilla (primeras 24 h)
→Masaje
circulatorio, en zonas adyacentes
→Termoterapia
previa a la movilización
de la rodilla (si no hay inflamación, tras 48 h)
→Movilización activa asistida y activa libre de la
rodilla hacia la flexoextensión (introducción de fitball)
→Isométricos del cuádriceps, con flexión de cadera y rodilla en extensión con
peso en zona distal; progresando a isométricos con flexión de rodilla no superior
a 60◦
→Isométricos de cuádriceps combinados con electroestimulación
→Inicio
del programa de pedaleo para conseguir un ROM activo de forma más temprana
Área
no lesionada
→Isométricos en aductores (si es el menisco
externo el dañado) o abductores (si es el interno) de cadera
→Fuerza-resistencia
en gemelos, isquiotibiales y cuádriceps de la pierna no afectada
→Fuerza-resistencia
de tren superior (ejercicios en descarga)
→Estabilidad
central. Ejercicios concéntricos
en superficie estable con amplia base estable
→Mantenimiento
de la capacidad cardiorrespiratoria mediante dispositivos como un ergómetro de
brazos
→Estiramiento
global de miembros inferiores, tanto de la cadena anterior como de la cadena
posterior
Modificado
de Basas et al.
Fase de recuperación
Área
lesionada
→Continuar
con la movilización activa libre de la rodilla hacia la flexoextensión
(indolora). Alcanzar máxima amplitud fisiológica
→Isotónicos del cuádriceps: contra resistencia entre 30 y
60◦ (resistidos por fisioterapeuta). Cadena cinética abierta (CCA)
→Introducción progresiva de isotónicos de cuádriceps en cadena cinética cerrada
(CCC hasta 80◦)
→Isométricos de isquiotibial en diferentes
grados de flexión de rodilla
→Comienzo
del programa de natación
y readaptación
acuática. Mediante nado libre (evitando braza para no insistir en el valgo) e
iniciando el trabajo de marcha y carrera en descarga para progresar a carga
parcial (agua por la cintura)
→Reeducación de la marcha en medio terrestre
→Propiocepción: inicialmente en descarga para
progresar a carga parcial y total mediante ejercicios en apoyo bipodal sobre
superficie estable, para pasar posteriormente a ejercicios sobre apoyo
monopodal sobre superficie estable
→Evitar
aún movimientos de rotación
Área
no lesionada
→Isotónicos de la musculatura de la cadera
(en máquina multicadera para progresar a gomas elásticas, permitiendo mayor
funcionalidad)
→Isotónicos de los gemelos
→Mantenimiento
de la capacidad cardiorrespiratoria mediante bicicleta estática y elíptica
→Fuerza-resistencia
del tren superior. Posibilidad de iniciar programa de hipertrofia si el jugador
tiene déficits en este aspecto
→Estabilidad
central. Ejercicios concéntricos
e isométricos en superficie estable, con reducción de base de apoyo
→Continuación
con el estiramiento global de los miembros inferiores
Resumen
de artículo, j.apunts.2011.12.002, Elsevier.
Miguel
Ángel Campos Vázquez
Real
Club Recreativo de Huelva, SAD, Huelva, España
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