PINZAMIENTO
SUBACROMIAL
SÍNDROME DE MANGUITO ROTADOR
El pinzamiento subacromial, también conocido como síndrome de pinzamiento, es el “atrapamiento” o el “pellizcamiento” del tendón generalmente del músculo supraespinoso (como parte del manguito rotador), dentro del espacio subacromial de cualquiera de los dos hombros, provocando una tendinitis del manguito rotador por pinzamiento. Este pinzamiento que durante muchos años se consideró como la causa primaria de esta tendinitis y/o tendinosis, al día de hoy se considera que dicho pinzamiento es más de tipo secundario que primario, pues dicho pinzamiento subacromial ya se sabe que se produce por algún tipo de disfunción o patología de la cintura escapular.
La reducción de este
espacio puede ser estática o dinámica. El mejor ejemplo de la reducción
estática de este espacio es la aparición de osteofitos acromiales que se
proyectan hacia la cabeza humeral. Cuando hay una debilidad de los músculos del
manguito rotador, que normalmente funcionan domo depresores de la cabeza
humeral en la abducción, hay una reducción dinámica de este espacio al abducir
el brazo.
ü Clasificación
Neer dividió el síndrome
de pinzamiento en tres estadios:
Estadio I.
Edema y hemorragia. Ocurre principalmente en pacientes menores de 25 años de
edad. Es reversible y responde a tratamiento conservador.
Estadio II.
Existe fibrosis y tendinitis. Por lo general se presenta en pacientes entre los
25 y 40 años de edad. Si no responde a tratamiento conservador se debe pensar
en descompresión subacromial y desbridación.
Estadio III.
Se caracteriza por una lesión parcial o total del mango rotador. Su mayor
incidencia es en pacientes mayores de 40 años y su tratamiento será la
reparación abierta o artroscópica.
ü Diagnóstico Diferencial
El dolor referido al
hombro tiene muchas causas. El síndrome subacromial debe diferenciarse de
varias entidades que a continuación describimos:
1. Lesiones del bíceps
2. Capsulitis adhesiva
3. Inestabilidad glenohumeral
4. Síndrome de pinzamiento subcoracoideo
5. Radiculopatía cervical
6. Artrosis glenohumeral
7. Artrosis cervical
8. Lesión del plexo braquial
9. Neuropatía del nervio supraescapular
10. Tendinitis calcificada
11. Artrosis acromioclavicular
12. Lesiones de SLAP
ü Tratamiento
Debemos considerar el
tratamiento conservador y el tratamiento quirúrgico.
Tratamiento conservador:
Es muy importante tener en cuenta este recurso antes de decidir cualquier
procedimiento quirúrgico. La primera medida para contrarrestar el proceso
inflamatorio es el reposo de la articulación además de suspender cualquier
agresión a la misma. Por lo general se administran fármacos
analgésicos-antiinflamatorios no esteroideos (AINES). Las infiltraciones del
espacio subacromial con esteroides combinados con un anestésico local son
útiles si se aplican en intervalos de cuatro semanas sin exceder de dos
infiltraciones.
En atletas se debe tener
cuidado de seguir esta regla y no abusar del recurso.
El tratamiento
fisioterapéutico es muy importante y debe llevarse a cabo durante seis semanas
como mínimo, pudiendo prolongarse hasta seis meses si persiste el dolor y/o la
limitación funcional. Después de este tiempo se deberá valorar el tratamiento
quirúrgico.
Con el tratamiento
conservador, por lo general se obtienen resultados favorables hasta en 85% de
los casos, sobre todo cuando es el primer episodio y cuando el tratamiento se
establece en etapas tempranas.
ü MANEJO FISIOTERAPÉUTICO
FUNCIONAL
• Primera semana
1. Reposo articular relativo.
2. Electroterapia analgésica.
3. Crioterapia: Buscando un efecto vasodilatador y
antiálgico, podemos aplicar 4-5 minutos de hielo con una pausa de 3 minutos
para buscar el efecto de rebote de la crioterapia.
4. Pauta farmacológica tópica.
5. Ejercicios decoaptadores activos y pasivos.
6. Ejercicios de impactación humeral
• Segunda – tercera semana
1. Continuar aplicación de modalidades físicas
según sintomatología.
2. Continuar con impactacion humeral con aumento
de ángulos
3. Mejorar activación o fortalecimiento de
musculatura escapular en ángulos cortos con banda elástica.
• Cuarta – sexta semana
1. Aumento de resistencia y ángulos de
desplazamiento en ejercicios de estabilización escapular.
2. Inicio patrones cruzados de estabilización.
Felipe
Monsalve Vélez, guía de práctica clínica
“La Vida es Movimiento”
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